Ayer me
pilló al descuido el anuncio que el supuesto gobierno de la autonomía catalana
(digo supuesto por lo de gobernar, porque por lo que nos consta a todos, en los últimos años la Generalitat ha hecho de
todo menos gobernar, siempre y cuando no nos refiramos a la 4ª acepción de la
RAE, que dice lo siguiente: 4. tr. Manejar
a alguien, ejercer una fuerte influencia sobre él.), lanzó a principios de año en
su anual campaña de promoción turística, dirigida sobre todo al turismo del
resto de España. Turismo de cercanía que por cierto le es imprescindible para
subsistir y poder afrontar sus enormes gastos en temas tan importantes para la
sociedad catalana como las embajadas ninguneadas en el mundo o la compra de
pitos (a través de alguno de sus intermediarios subvencionados) para insultar
al Rey, a la bandera común y al Himno Nacional Español. Dinero que necesita
recaudar con suma urgencia, ya que el que recibe a raudales del resto de España
no alcanza para sus prioridades manipuladoras, ni obviamente para solucionar temas
nimios y secundarios como la Sanidad, la hambruna infantil o el deficiente transporte
público, pero tampoco son estos asuntos prioritarios para la banda de Arturo y los
40 Pujoles. Su parque móvil es amplio, como bien sabemos, comida no les falta,
aunque se limite a las humildes viandas del Semon y en cuanto a la salud no
creo que tengan problemas de asistencia médica privada y de calidad en los
barrios altos de Barcelona en los que residen.
Lanza
pues la Generalitat su campaña anual bajo el título “Catalunya es casa teva”,
en cristiano “ven, gasta y lárgate”. Porque dudo que existan muchos compatriotas de
esta santa tierra hispana que consideren "su casa" a un lugar en el que suceden cosas
como las siguientes:
- Que tus hijos no puedan estudiar en el idioma oficial de su país, el español.
- Que los rótulos en locales y servicios públicos estén en una gran variedad de idiomas, menos en español.
- Que un presentador de la televisión pública catalana (por cierto con los sueldos más altos de todas las televisiones europeas) llame a los españoles “cabrones de mierda y panda de sarnosos”
- Que se inunde el paisaje de esta tierra tan bella con banderas partidistas y separadoras como lo es la inventada señera estrellada.
- Que tus hijos sean excluidos de las actividades lúdicas escolares por llevar la camiseta de la selección nacional o la del RCD Español, club más que centenario fundado por catalanes en 1900
- Que a grandes deportistas españoles originarios de Cataluña se les insulte por mostrar la bandera nacional en las celebraciones de sus victorias
- Que el “president” se mofe de los símbolos españoles en una final de Copa retransmitida a todo el mundo.
- Que una pseudo monja visionaria y otro espécimen argentino-extraterrestre con hábitos e ínfulas de sabiduría insulten a diestro y siniestro sin que nadie les pare los pies, ni el gran Papa Francisco del que tanto esperamos algunos.
- Que a los niños se les manipule desde su más tierna edad con historias inventadas y se les inculque el odio al español como si todo el que sea de allende del Ebro fuera Satán encarnado
- Que se prohíban las fiestas taurinas “españolas” de tan larga tradición en Cataluña pero permitiendo al mismo tiempo las “animaladas” que se realizan en los, estos si, milenarios “correbous” catalanes.
- Que los partidos en el poder hayan robado a destajo durante más de 30 años, no se arrepientan, se vanaglorien de ello y encima sigan ostentando cargos y mangoneando a la clase trabajadora
- Que…
- Que..
Me
parece que no hace falta seguir. En mi “casa”
o en aquellos lugares en los que me siento como en casa, y que son casi todos
los que visito, no sucede nada de lo antedicho. Ni se me insulta, ni se me
menosprecia, ni se me ataca, ni se me persigue. Ni en Madrid, ni en León, ni en Burgos, ni en
Colmenar Viejo, ni en Pradoluengo, ni en Francia, ni en Sevilla, ni en Valencia,
ni en Inglaterra, ni en Alemania, ni en Italia, ni en las Vascongadas.., creo que
ni en Marte me tratarían así (si ahí existiera vida y alguna cosa de las que
nos han contado los yanquis en los últimos siglos fuera verdad).
Igual
lo más parecido a Cataluña que pudiéramos encontrar ahora en cuanto a hospitalidad
y simpatía serían las partes de Irak e Siria controladas por el Estado Islámico.
Pero no tengo pensado irme ahí de vacaciones. Ni a Cataluña.
Y eso
que es mi tierra, que nací en la calle Copérnico de Barcelona, me crie en la
Avenida de Sarriá, fui al colegio en la Avenida del Doctor Andreu, ahora Tibidabo, y en Esplugas, estudié en Pedralbes y la Diagonal, veranee en la Costa Brava, tengo una casa en la Costa Dorada
y sueño muchas veces con los parajes tan bonitos que tiene mi añorada
Cataluña.
Es tan
esperpéntico y ridículo todo que ya ni el vídeo de Epi y Blas explicando lo que
es el separatismo catalán me hace gracia. Y mira que antes me hacía sonreír.
¿Cataluña
nuestra casa?
Anda
ya..